sábado, 20 de septiembre de 2014

EL SISTEMA DE BIENESTAR DE LA ENERGÍA


Cada persona es un sistema abierto. Tomamos la energía a partir de fuentes que nos rodean, las transformamos, las organizamos y las devolvemos al medio ambiente. 
El científico ruso Ilya Prigogene ganó el Premio Nobel de Química en 1977 por su teoría de las estructuras disipativas. Una estructura disipativa es un sistema abierto en el que se toma la energía, se la modifica y luego se la disipa (devuelve) al medio ambiente. 
El bienestar requiere un movimiento eficiente de energía. La enfermedad se produce precisamente cuando ese fluir de energía se interrumpe, bloquea o se aleja de alguna manera de sus carriles normales. 

Presta atención a los siguientes ejemplos de interrupción del flujo de energía:
- Tomar más energía de la necesaria en forma de alimentos, siendo su resultado la obesidad.
- Bloquear la energía suprimiendo la comunicación o reprimiendo sentimientos. 
- Incorporar insuficiente energía como por ejemplo vitaminas y nutrientes naturales o incluso    rechazando los elogios de los demás. 
- Sustitución inadecuada de una forma de energía por otra como el uso del sexo para satisfacer una necesidad espiritual o dinero para satisfacer una necesidad emocional. 
- Reorientar la energía de una manera indirecta, tal como el comportamiento pasivo-agresivo. 
- Conexión débil o una firmeza desenfocada con los demás, que se traduce en un impacto emocional empobrecido. 
- Realizar “extracciones de tu cuenta bancaria físico-emocional” sin hacer la correspondiente reposición. 
- Una conexión pobre con el medio a través de comportamientos impulsivos, explosivos o adictivos.

El Bienestar de los sentidos también merece consideración ya que la información sensorial es una de las formas de ingreso de energía en el sistema de bienestar. 
Nuestros sentidos canalizan información significativa de manera continua para proteger a nuestro sistema. 
El consumo de la energía a través de lo que comemos también puede demostrar cómo se lo devolvemos al medio ambiente. Ej: Cuando el Yankee Stadium de Estados Unidos fue construido durante la década de 1920 tenía 82.000 asientos. Después de su remodelación durante la década de 1970 su capacidad fue tan sólo de 59.000 asientos. Durante ese período de 50 años “las asentaderas” del estadounidense promedio se habían ensanchado entre 14 y 19 centímetros. 

Es importante reconocer la autoría, hacernos cargo de lo que hacemos y lo que nos pasa. Usemos la siguiente analogía: 
Si en lugar de cambiar tu auto cada tres o cuatro años, supieras que tendrías que elegir un único auto y tenerlo para toda la vida, tu enfoque sobre su cuidado sería completamente distinto. Seguramente te preocuparías por averiguar sobre la mejor atención posible que deberías brindarle. Probablemente le harías un mantenimiento con mayor frecuencia y le prodigarías un meticuloso cuidado, pues necesitarías que te trasporte por el resto de tus días. 

Tu cuerpo también es el único que vas a tener para el resto de tu vida. Tu cuerpo es insustituible. Por eso es tan importante que te dediques muy especialmente a todo lo relacionado con su cuidado y mantenimiento, pues refleja la atención acumulativa que le prestas.



María Elena Ocaño de Herrero
Master Practitioner en Programación Neurolingüística
International Coach in training at The Coach Training Academy,  Canada

contacto: bienestardelamujer@gmail.com

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